domingo, 24 de marzo de 2013

Huevitos de Chocolate para Mamita Elízabeth



Mamita:
Es increíble como avanza el tiempo…rápido rápido, no nos damos ni cuenta. Esta semana se cumplen 8 años desde que partiste a tu viaje. Imagino la cantidad de lugares maravillosos que ya debes haber visitado, seguro has recorrido caminos bellísimos, siempre en busca del solcito que tanto nos gustaba recuerdas? Nos encantaba tomar sol!
Cuéntame como es todo por allá…me da curiosidad por saber todo lo que has recorrido en este tiempo…hay flores? Campo? Playa? Cómo es la gente por ahí? Son buena onda? Cuéntame vale?! Mándame fotitos!
Ya escondí tus huevitos de chocolate, te escondí de todos los que te gustan, chiquitos, grandecitos con sorpresa, blancos, negritos, rellenos. De los huequitos sin nada no te escondí porque recuerdo siempre que  encontrábamos que eran un fraude! Así que son todos macicitos. El domingo ya los puedes venir a buscar, no te adelantes golosita! Son para el domingo.
Te cuento que por acá, el clima ya está cambiando, se nos fue el verano. Las mañanas y las tardes ya están más fresquitas, empezó el otoño y las hojitas ya se dejan ver en las calles y veredas.  Pero no te preocupes, ya me puse más frazadas.
Por estos lados viejita, todo sigue su curso.  Avanzo lento, a veces demasiado lento, pero son pasos seguros.  Estoy rodeada de mucho amor, de mucho apoyo y mucha ayuda, así que debes estar en calma, no quiero que te pongas nerviosa porque sola no estoy. Tú sigue disfrutando tu paseo mamita, que las cosas por acá se resolverán. Como sea mi viejita, saldré adelante, sabes que no me rindo fácil, me conoces bien.
Te lo prometo.
A veces desespero…es verdad. Me cuesta. No ha sido un camino fácil. Hay días complicados, duros, muy duros…peleas entre lechugas y tallarines, pepinos que se pelean contra el arroz, de galletas light contra la marraqueta, que la crema y la leche entera,  lo sano y lo livianito contra calorías y carbohidratos…que comí mucho, que me duele la guatita…uf…ni te imaginas que peleas absurdas puedes encontrar por aquí…Ni te imaginas!
Pero se compensan sabes? Con tanto amor a mi alrededor se compensa cualquier dificultad, cualquier dolor. Me acompañan en este caminar gente maravillosa viejita, no sabes cuanta gente maravillosa tengo a mi lado. Son puro amor. Amor puro,  genuino, fiel, mágico. Los amo mucho a todos, los amo profundamente.
Noel ya está crecidito. Es un pinganilla total…cuando lo conozcas vas a ver lo pelusa que está. Imagina que hasta Charly lo ama!…Ni se diga Kaspita, quien ama a todos los perritos.  
Así las cosas mamita Elízabeth…la vida sigue dando sus vueltas, nunca olvido tu convicción acerca de que todo pasa por algo. Todo tiene una razón de ser. Como bien dices siempre, no hay mal que por bien no venga. Me quedo con eso y te dejo por ahora. Ya tendremos más tiempo para ponernos al día.
Sabes cuanto te amo. Abrazo de 3 horas ya? De esos que nos gustaban tanto.
Continua volando viejita linda.
Andrea

viernes, 22 de marzo de 2013

Luchar para vivir. Vivir para luchar.



La autocrítica existe. Esta puede ser positiva o negativa. Así de simple y elemental.
La positiva estimula en nosotros el espíritu de superación, de ser mejor persona, de hacer un aporte importante en nuestra profesión, etc.
La negativa, destruye.
Cuando ejercemos sobre nosotros la autocrítica despiadada aparece como bueno castigarse constantemente, reprimirse, condenarse, como si esto, en alguna medida pagara nuestras culpas y nos llevara a la salvación. ¿Por qué castigarse a uno mismo nos hace sentir correctos y buenos?
Cuando nos sentimos amenazados por otros, tenemos la opción de huir, pero, ¿Qué pasa cuando la amenaza viene desde nosotros? No existe la posibilidad de escapar y  el castigo y la culpa te acompañan tal como tu sombra, vayas donde vayas y hagas lo que hagas. ¿Y si además nos sentimos orgullosos de ello? Flaco favor…
En general, como sociedad, acostumbramos a confundir la “parte con el todo”. No es lo mismo reconocer que se cometió  un error que autocalificarse como estúpido. Hay una enorme distancia entre decir: ayer me equivoqué, te mentí, y declarar soy una desgraciada mentirosa que no merece tu amistad.
Todos estos años he sentido que soy una anorexia caminante con dos piernas y dos brazos famélicos. Con el tiempo he podido ir procesando y tratando de entender que soy Andrea Núñez Berger que tiene una enfermedad, que en este caso es la anorexia.
Toda la ansiedad que vivimos hoy en día nos bloquea el fluido de nuestras emociones y de nuestras acciones. Hemos decretado que para ser felices, debemos sentirnos mal. Nos mereceremos cosas buenas en tanto nos reconozcamos culpables de algo, de todo…
Con mucha dificultad he podido entender que soy más que una enfermedad, cualquiera sea esta. Uno es la esencia de uno mismo, los añadidos vienen de las circunstancias que a cada cual le ha tocado vivir. Hay que mirar el océano, no el agua. No es lo mismo ver el bosque que mirar un árbol.
Es más importante confiar en nuestra consciencia antes que en nuestro carácter. Es más, al ser más consciente, el carácter automáticamente se transforma, de manera natural y espontánea, y todo lo natural es bello. La iluminación no significa huir del dolor, sino comprenderlo. Al comprenderlo te liberas de el, y queda la luz y la inspiración. Mientras más acepto, tomo y aprendo de ese sufrimiento, mayor se sentirá la recompensa de la alegría. Entrar en nuestro ser, liberarnos de complejos, del que dirán. Es un camino arduo, lleno de piedrecillas, pero vale cada paso. Eso es lo real, la satisfacción que no se va. Llega para quedarse. Ahí, es donde el amor se convierte en tu vida entera.


martes, 12 de marzo de 2013

SEGUNDO ACUERDO: NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE

Se dice que la importancia personal o, tomarse las cosas muy personalmente es una señal de egoísmo. ¿Por qué? Porque al  hacerlo, damos por hecho que todo gira en torno a nosotros.
Nos sentimos responsables de todo sin fijarnos que, muy por el contrario, lo que los demás hacen, lo hacen por y para ellos mismos. Incluso cuando alguien te insulta directamente, es un acto que responde a un acuerdo que tiene el agresor consigo mismo. Te envía esa provocación que, tomada a modo personal, hace tuyo el veneno del otro, te lo "comes y te lo tragas" tú.
Los magos negros saben muy bien como envenenarte con unas simples palabras, con una simple opinión. Cada vez que asumes ese ataque como individual, haces tuya, una y otra vez, toda esa basura. Del otro lado, quien consigue no tomar a pecho aquel agravio, queda, automáticamente, inmune.

En general, todo lo que es tomado a modo personal, nos ofende y nos genera conflictos. En su totalidad, toda esa porquería habla de como está el agresor, no el agredido. Es el atacante el que tiene conflictos personales, son sus propios acuerdos los distorsionados. En tanto yo sepa quien soy, cuanto valgo y sobretodo, teniendo claro lo que NO SOY, todas sus ofensas me rebotan. No llegan a mi.
Dejemos que el otro se haga cargo de su veneno, de sus conflictos personales, todas esas pócimas corresponden a lo que él ha decretado para si mismo, no tiene validez alguna respecto de lo que yo soy, de lo que yo hago. El veneno habla del venenoso, no del envenenado, todo ello es parte de su sistema de creencias, de sus propios acuerdos que nada tienen que ver con los mios.Yo le sirvo, en esa medida, como excusa al agresor.

Si yo me siento profúndamente dolido por lo que alguien opina de mi, el conflicto ya no es sólo del que emite ese juicio, sino que además, ahí también hay una pena que yo no he logrado sanar. Y dolerá más o menos según cuan abierta está esa herida. En este caso, soy yo misma quien me causo el daño, una vez más, por tomar algo de manera personal, porque lo que veo es "mi película", basada en los acuerdos que yo he establecido a lo largo de mi aprendizaje de vida. Es mi verdad, no la "verdad absoluta" pero es la mía, mi punto de referencia. Ni más, ni menos.

El vivir sin miedo, amar y confiar, impide que se alberguen en mi emociones negativas. Cuando te sientes bien, todo a tu alrededor, andará bien. Todo te hará feliz. Puedes amar porque te amas a ti mismo. Tus acuerdos están en perfecta sintonía con tu vida.
La mente humana tiene la capacidad de hablarse a si misma, lo que implica que, a veces, lo que piensas puede ser erróneo. No siempre la opinión que tienes de ti mismo es la realidad, pues así como tomas la información más o menos verídica que emiten los demás, también puedes ser tu quien distorsiona el mensaje.
A veces generamos distintas voces internas. Los Toltecas llamaban a esas voces "Aliados". En África, Europa y la India, le llaman "Dioses". Tenemos la capacidad de hablar y escucharnos a nosotros mismos. Dependiendo de como usamos ese mensaje podemos producir un verdadero caos interno. Sobretodo cuando hay muchas voces hablando en ti al mismo tiempo, cuando se dan muchos puntos de vista de manera simultánea, generamos demasiados acuerdos al mismo tiempo y probablemente, no sean todos compatibles entre si. Este caos, provoca que quedemos perdidos, sin saber lo que queremos, como lo queremos o cuando lo queremos.
Este conflicto puede resolverse, revisando paso a paso cada uno de nuestros acuerdos y convicciones.

Por alguna razón, somos "adictos al sufrimiento". Nos alimentamos de él, reforzándolo a diario. La única manera de liberarnos de este es confiando en nuestros propios acuerdos. Muchas veces decimos que la verdad puede ser dolorosa, pero lo importante es no quedarse estancado en ese dolor. La curación ya está en camino, una vez que logras ser honesto contigo mismo, es sólo cuestión de tiempo.
Del mismo modo, alguien a quien amas profúndamente puede causarte mucho daño. Frente a eso, lo mejor que puede suceder, es que esa persona se aleje, te deje libre, ya que si bien en principio sufrirás, muy pronto tu corazón sanará.

Para elegir correctamente no es necesario confiar en todos los demás, bastará con que confíes en ti y serás mágicamente independiente y estarás liberado.

Fuente: "Los Cuatro Acuerdos", Miguel Ruiz

sábado, 9 de marzo de 2013

EL PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS



Las palabras son el poder que tenemos para crear y expresar todo cuanto sueñas, sientes y lo que realmente eres. Son más que símbolos, son una fuerza, son poder. Comunican, piensan, creando con ellas el sueño más bello, así como también, pueden contaminar y destruir todo lo que te rodea.
Según como las usas, te liberan o te esclavizan. Es de vital importancia comprender el poder que emana de nuestra boca, cada palabra es un "Hechizo", visto así, cualquier ser humano puede ser un mago que ejerce sus poderes a través de las palabras.

Las palabras captan nuestra atención, entran en nuestra mente y cambien por entero, para bien o para mal, todo nuestro sistema de creencias.

Un simple ejemplo:
Una niña escucha que hablan de ella. Se refieren a ella con términos negativos y la llaman fea. Esta calificación entrará en la mente de la niña asentándose y haciendo, efectívamente, que la niña se sienta muy fea. Esto sólo cambiará cuando otro o ella misma, sea capaz de romper ese hechizo y le diga: Ey!!, pero si eres una niña muy bella!!. Ahí es cuando se crea el nuevo acuerdo.
Cada vez que juzgamos, vas en contra de ti, e ir en contra de tus creencias es un atentado contra ti mismo. Es "pecar", pues no estás siendo impecable con tu expresión, con tus palabras. Siendo impecable asumes la responsabilidad de tus actos, pero de manera genuina y sana, sin culparte, sin juzgarte y sin castigarte.

El mayor pecado es rechazarte a ti mismo

Ser impecable con tus palabras es no utilizarlas contra ti mismo, al mismo tiempo, todo lo negativo que digo, expreso o envío como mensaje a otra persona rebota siempre a tu propia persona. Si te amas, transmites amor.
Al ser impecable en tu expresión utilizas toda tu energía correctamente, hacia la verdad, hacia el amor, al acuerdo. Si recordamos que las palabras son pura magia, entonces cada uno de nosotros poseemos el don más poderoso.

Al otro lado del paraíso, está el infierno. Ahí es donde usamos todas las palabras en contra de los demás, maldecimos, culpamos, reprochamos, criticamos, destruimos. Si, así de poderoso es el veneno.
Cada vez que creemos una opinión escuchada, hacemos un acuerdo con ella pasando diréctamente a formar parte de nuestro sistema de creencias de modo que sólo la verdad nos hará libres.
El miedo y el sufrimiento forman gran parte del planeta, como resultado , el sueño está constantemente reprimido.
Los toltecas lo llaman MITOTE. Es una especie de "virus informático" que experimenta el mundo, compuesto de chismes y mensajes erróneos que contaminan progresivamente a más y más personas. Se genera un caos, intencionalmente alimentado por "magos negros". No es raro que a veces nosotros mismos provocamos este caos enviando de manera constante y sostenida mensajes alterados: soy feo, soy inútil, no sirvo para nada, etc.
Queda entonces, más que en evidencia la importancia de nuestras palabras. La opinión propia no es más que un punto de vista que lógicamente no tiene porque ser la verdad absoluta. Llevando a cabo el propósito de ser impecable con nuestras palabras, no permitimos que entren esos "malos hechizos", ya que nuestra mente no se permitirá albergar esas semillas, no seremos campo fértil para ese veneno, sólo lo será para sembrar amor.
No es menos importante agregar a lo anterior que, la auto estima, se liga de manera diréctamente proporcional con el mensaje positivo, con cada una de nuestras palabras. Verás que, al emanar amor e integridad, te sientes digno de recibir aquello mismo que siembras: AMOR. Te sentirás plenamente feliz, estarás en paz, serás libre.

Sé impecable con tus palabras, siembra y nutre esa semilla, ten por seguro, que cosecharás amor puro. Compártelo, genéralo, emánalo, extiéndelo y contágialo.

Fuente: "Los 4 Acuerdos", Miguel Ruiz.

martes, 5 de marzo de 2013

"TEN EL VALOR DE EQUIVOCARTE"

¿De donde viene esa enorme necesidad de sentirnos aceptados por el resto?

¿Por qué es tan importante como me ve el otro?

En menor o mayor medida nos exigimos ser perfectos, no fallar. No nos permitimos equivocarnos. Se nos va tanta energía en ser socialmente aprobados por los demás sin darnos  cuenta de lo realmente importante. Vivimos el día a día pasando por encima de nuestras emociones, sensaciones, temores, necesidades –es más- a veces pasamos hasta por encima del otro sin medir  las consecuencias de nuestros actos.

Walter Riso en su libro “Enamórate de Ti Mismo”, trata algo al respecto que me parece súper interesante. Explica que  la imagen que uno tiene de si mismo no es heredada ni genéticamente determinada, sino que es APRENDIDA. El futuro es resultado  directo  de lo almacenado en el pasado.
Hemos perdido la conciencia y la importancia del auto amor. Una buena autoestima genera emociones y vibraciones positivas. A su vez, quererse profundamente mejorará nuestras relaciones con los demás. Nos hace independientes y autónomos.
Por supuesto que no se trata de caer en el narcisismo o la egolatría, pero si de ser capaces de reconocer de manera genuina nuestras virtudes y fortalezas. Cuan bueno es poder sacar lo mejor de cada uno!!  Imaginen como sería de distinto el mundo si fuese así! Al sentirnos dignos de lo bueno y  de la felicidad,  contagiamos de optimismo y alegría a quienes están a nuestro alrededor.
¿Porqué hemos crecido y nos hemos desarrollado en un ambiente en el que el auto castigo representa una virtud? Es más, sentimos que si nos auto castigamos nos hacemos más dignos de recibir el amor, la empatía y la compasión del otro.

Numerosos estudios demuestran como una imagen negativa de uno mismo puede provocar un sinnúmero de trastornos físicos y sicológicos, fobias, traumas, estrés, ansiedad, depresión, bajo rendimiento, incapacidad de manejar nuestras emociones y así suma y sigue.
El punto es que, si uno no se “cree el cuento” de nuestra propia persona, por uno mismo, nadie se lo creerá por ti. No puedes creerte el cuento por el de al lado. Y lo peor, es que estar predispuesto a tener  una imagen negativa sobre uno mismo resulta una costumbre que podemos arrastrar por años, a menos que se haga el esfuerzo consciente por cambiarla.
Y, como dicta la ley de la atracción, si te crees inútil, lo más probable, es que cometamos una seguidilla de errores y torpezas que nos harán sentir peor. Si me siento horrible, seguro que temeré relacionarme con cualquier otra persona, atrayendo permanentemente inseguridad.

Entonces, por el otro lado, una buena autoestima, incrementará las emociones positivas, la alegría y las ganas de vivir. Te aleja de la pena y la ansiedad. No estás permanentemente exigiendo una u otra cosa pues estás conforme con quien eres, estás a gusto con como eres. Y así, todo lo realizado tendrá mejores resultados, te sientes empoderado, más fuerte, más seguro y más capaz. Las relaciones con los otros serán un agrado siempre ya que confiarás en tus virtudes, en tu criterio y en tu manera de actuar.
La capacidad de amar, de entregar,  se verá potenciada en su totalidad, sin que esto implique depender del resto pues serás, en todo aspecto, más independiente y autónomo. Libre.
Se crea un círculo virtuoso.
…No es fácil lograr la felicidad si no eres fiel a ti mismo…
Todo lo anterior puede resultar muy elemental y básico, pero lo cierto es, que en lo cotidiano, muy probablemente,  no lo estamos practicando.

Ten el valor de equivocarte
Hegel

¿Qué opinan?

domingo, 3 de marzo de 2013

ALGO DE MI HISTORIA

ELEGÍ VIVIR
¿Cómo empezó?, no sé. ¿Por qué empezó?, tampoco lo sé. Honestamente, a estas preguntas no les puedo responder. Lo que si puedo hacer, es contarles como han sido estos 8 años de lucha con un rival muy duro y muy  poderoso, la anorexia.
Mi nombre es Andrea Núñez, acabo de cumplir 30 años. El año 2005 perdí a mi madre. Ella tuvo su propia lucha con un cáncer  que después de 12 años de tratamiento, finalmente se la llevó. Con ello se llevó también mis ganas de vivir. Perdí el apetito por la vida. En ese momento no lo entendí así. No sabía a lo que me enfrentaría. Nunca me propuse, conscientemente, dejar de comer, nunca me sentí gorda y jamás busqué hacer una dieta para verme más delgada.  De hecho, siempre fui  delgada, tenía un lindo cuerpo. Amaba la comida y las cosas ricas. Pesaba 38 kilos. Hoy, miro atrás y aún no encuentro una explicación válida o lógica que me ayude a entender  todo este trastorno. Hoy, miro fotos de aquella época en que estaba sana y me cuesta creer que un día fui así. Sana, feliz, “normal”.
En los últimos meses de su vida, mi mamá perdió por completo el apetito. Cada vez le daban más asco las comidas y recuerdo que cada vez que ella sentía asco de algo, yo comencé lentamente a rechazarlo también. Y terminaba por eliminarlo de mi dieta normal. Cada vez fui eliminando más y más cosas. Tenía la sensación de que era lo único que podía controlar, lo que ingresaba en mí. No podía manejar el dolor de su enfermedad, no podía tomar su lugar y sufrir por ella  y, ciertamente, no podía  morir por ella aunque así lo deseara. Ya nada estaba a mi alcance. Sólo lo que entraba en mi podía estar bajo mi control. Absurdo, ¿no lo creen? En fin, sin sentido, pero así sucedió. Me aislé de todo y de todos.
No me di cuenta, cuando pesé 36, luego 34 y llegué a 30 kilos. Mi entorno ya estaba muy preocupado, pero yo no le daba importancia. Juraba que tenía todo bajo control, que era un periodo difícil y que pasaría pronto. ¡Cuan equivocada estaba! Empezó una seguidilla de doctores, sicólogos, siquiatras, nutricionistas, nutriólogos, uf…Hasta que vino mi primera hospitalización. Y yo, seguía convencida de que todo estaba bien, que los demás exageraban. Algo de peso recuperé y, a casa. Hubo entremedio buenos tiempos. Recuperé algo de mi vida normal, comencé a salir nuevamente, tuve una linda relación de pareja y partí a buscar trabajo. Nuevamente me vi enfrentada a la frustración, había terminado mi carrera de Administración de Empresas pero nunca me resultó ninguno de los trabajos a los que postulé. Fue mi recaída.
Llegué al Hospital pesando 22 kilos. Y si, mi cuerpo aún resistía. El año 2012 fue por lejos el año más difícil de mi vida. Toqué fondo, lo más hondo que se puede llegar. Era una pena inmensa, un dolor  que me partía el alma. Me sentía absolutamente desolada. Ver a mi familia y amigos sufrir, temer, enojar. Creo que todos pensaron que moriría, de hecho, los doctores no lograban explicarse como había resistido hasta ese punto. Sonda, alimentación parenteral las 24 horas al día, internada en la UCI del hospital. 2 meses interminables.
Vivimos por estos días, la última parte del verano, corren los últimos días de febrero y aquí estoy. Viva. Tomé la decisión y opté por la vida con resolución y certeza.
Con más ganas de vivir que nunca antes.
Pero ojo, que  esta batalla aún continua, es una lucha diaria, con la que he aprendido a convivir. Se resiste, es tramposa, trata de engañarme, de esconderse, uf! ¡Como es de inteligente! Hay días muy complicados pero todo vale la pena. La vida ES BELLA. Con todas sus dificultades, sus simplicidades, lo tangible, lo intangible, lo trascendente, lo banal. El valor de la familia, el de la soledad, lo bonito y lo feo, todo. Todo aquello merece la pena. Les juro que si.
Estoy aprendiendo a vivir otra vez. He ido recuperando mi peso lentamente. Cuento con el apoyo de un centro maravilloso, donde encontré ayuda terapéutica, sicológica, siquiátrica y nutricional. Ellas me asesoran en todo, están acompañándome constantemente en este proceso. Poco a poco me voy reinsertando en la vida. Cuento con mi padre maravilloso, sin igual, un hermano que es tremendo hombre también, familia y amigos incondicionales. Son mi motor. Gracias a ellos porque a pesar de todo, aún creen y confían en mi. Los amo profundamente.
¿Consecuencias?, muchas. Se cayó mi pelo, dejé de menstruar, tengo osteoporosis,  descalcificación dental, un estómago ultra delicado, una autoestima muy deteriorada, inseguridad, temor. Pero a cada día, una sonrisa. Cada día vale la pena por si mismo. Hay caminos por recorrer, montañas que subir, mares que navegar. Para todo eso, yo quiero estar.
A quien esté pasando por un momento difícil, a quien esté aproblemado, agobiado de la vida o la rutina. Los tiempos están muy duros en verdad. Vivimos constantemente bajo presiones, ansiedad, competencia, envidia. La vida no es fácil, pero vale cada paso. Es, en si misma, mágica y maravillosa. No te rindas. Verás que el sol vuelve a salir. Y brillará, tarde o temprano, para cada uno. Cada dificultad, al final del camino, te hará crecer y volver a creer. Fuerza.
De lo único que puedo estar segura, es que mi madre, esté donde esté, no me quiere aún a su lado. Ella me quiere acá, en este mundo, así es que tomé la decisión, en nombre mío y de todos mis seres queridos, y en honor a ella, que me regaló la vida con tanto amor. Desde su refugio ha de estar haciendo porras para que esta guerrera no se rinda.
Especial gratitud a mi papá Charly, por estar en todas, por tu aguante, tu complicidad. Te amo mucho.
Por favor, a cualquiera que quiera comentar, preguntar, criticar, opinar, lo que sea, estoy a su disposición. Lo que sea que necesiten, cuenten con migo. Se los digo de todo corazón.  Si te sientes triste, feliz, dudoso, inseguro, identificado. Hombres, mujeres, jóvenes, mamás, papás, niños, niñas, lolos, viejitos, adultos, ¡quien sea! Aquí estoy. Les dejo mi correo. No duden en escribirme, con todo amor, respeto y humildad ofrezco mi experiencia al servicio de ustedes.
La vida es “deliciosa” y –de ese placer-  sé que no quiero privarme nunca más.
Gracias
ANDREA ALEJANDRA NUÑEZ BERGER
(lupita.n.berger@gmail.com)